La pena vendrá determinada por lo que determine el Código Penal para cada delito, aplicándolo al caso concreto, de acuerdo con las circunstancias del hecho o del acusado.
De este modo la pena podrá variar mucho si se han aplicado atenuantes o agravantes, siendo esta una de las cuestiones más importantes para el Abogado defensor, que siempre debe luchar para que al acusado se le absuelva o se le aplique la pena mínima posible.
Las circunstancias agravantes o atenuantes deben ser propuestas por el Fiscal o los Abogados de la Acusación y Defensa, correspondiéndoles a ellos defender su aplicación según los intereses que defiendan.
Cuando hablamos de pena todos pensamos en la prisión, que es la pena más conocida y más temida por la privación de libertad que comporta, pero existen también otros tipos de pena, que se aplican según cada tipo de delito.
De este modo, en algunos delitos es común la pena de privación del permiso de conducir vehículos por un tiempo determinado, la pena de privación del derecho a la tenencia y porte de armas o la prohibición de aproximarse a la víctima. También es común para los delitos leves o menos graves la aplicación de penas de multa o de trabajos en beneficio de la comunidad.
En cada caso, dependiendo del tipo de delito, se aplicará una u otra pena de las que prevé el Código Penal.